Cuando nos aprontamos a preparar nuestro espacio de trabajo, debemos considerar múltiples factores: La luz, la orientación de los elementos inmobiliarios, distribución de los muebles, accesos, etc. Sin embargo, uno de los ítems más importantes a considerar, y que tiene directa relación con la productividad y eficacia en el día a día es el COLOR.
Sin darnos cuenta, los colores a los que nos enfrentamos día a día tienen una influencia directa en nuestro comportamiento, reacciones y líneas de pensamiento. ¿Cuáles son los mejores colores para ambientar tu lugar de trabajo? Pues eso depende de ti y de cuál es el tipo de actitud que quieres tener mientras trabajas. No lo olvides, la psicología de los colores tiene un efecto sumamente fuerte, cuando decidas tu color, decídelo informado. (No te preocupes, esto no es la pastilla roja de The Matrix; Máximo, vuelves a pintar las paredes).
¿Sabías, por ejemplo, que el color morado actúa directamente sobre el corazón y los pulmones?. Aumenta la resistencia de los músculos y de los tejidos. El morado expande el poder creativo y te otorga una capacidad de pensar “fuera de la caja”. Tiene buen efecto sobre los problemas de ciática, lo que podría aportar en caso de tener una silla un tanto incómoda. Hace que los niveles de angustia y miedo bajen de forma considerable y rápida. Los expertos no recomiendan pintar espacios completos de éste color, pero una sola pared puede dar un toque de calidez especial, única y efectiva.
El famoso y abusado blanco. Es la presencia de luz misma. Mucha gente no lo cree, pero es éste color un excelente incentivador de creatividad. Te ayuda a alejarte de la tristeza y de la oscuridad gracias a la presencia de luz y de limpieza. Si quieres hacer que un lugar se vea amplio y moderno, blanco será tu opción.
Si nos referimos al azul, podemos decir que es un color que transmite seriedad y sobriedad. Favorece la presencia de serenidad y calma en los espacios y, de una manera que los escépticos podrán refutar, desintegra energías negativas. Si trabajas en un rubro donde necesites de una permanente proactividad y energía alta, ten ojo al momento de escoger el azul, puesto que apacigua los níveles energéticos a punto tal, que es el favorito al momento de pintar un cuarto de niños, brindándoles (o forzándoles) la calma que tanto queremos que tengan cuando se están por ir a dormir.
El amarillo da una multiplicidad de emociones. Genera una sensación de informalidad, pero a su vez, incentiva en intelecto y tiene un efecto de disuadir el hambre que impresiona, por tanto, si son personas que les gusta comer, amarillo no es el color ideal para vuestras cocinas. Algo habrá hecho mal don Ronald McDonald cuando escogió los colores de su traje, ¿No?
El verde es un color que purifica el cuerpo, un color que hipnotiza y genera una sensación de calma absoluta. Tiene un efecto especial en jaquecosos, disminuyendo la aparición de dolor de cabeza de forma notoria y rápida. Al mismo tiempo, es un buen color para espacios con plantas, pues absorbe la luz e incentiva la relación natural de la luz y el color.
Ojo con el rojo, muchachos. Depende de la cantidad que ocupemos para saber qué resultados tendrá. Utilizarlo en pocas cantidades en espacios grandes puede brindar calidez y alegría. Sin embargo, la potencia del color genera tensiones musculares y puede incluso generar ambientes tensos y hostiles. Una pared roja en una cocina, está altamente recomendado, pero de nuevo: Ojo con este color, no abusemos de él, porque podemos terminar con un ojo de la misma tonalidad.
Elige bien tus colores y dale a tu espacio un toque personal y único, sabiendo ahora, el efecto que cada color trae consigo.