Cómo hablar en público por David Ayala

Hablar en público es una habilidad esencial en el mundo actual. Ya sea que estés haciendo una presentación en el trabajo, dando una charla en una conferencia o impartiendo un curso desde tu página web, la capacidad de comunicarte de manera efectiva frente a un grupo de personas puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Aunque puede resultar intimidante al principio, con la práctica y la aplicación de algunos consejos clave, cualquiera puede convertirse en un orador persuasivo y cautivador.

De cualquier manera, piensa que sentirse nervioso al hablar delante de otras personas es normal, ya que te pueden hacer preguntas, hacer intervenciones incómodas, etc., y puedes sentir que te están juzgando. Por lo tanto, ese nerviosismo no solo lo sientes tú, también lo siente el resto de personas que hablan en público.

Antes de continuar quiero presentarme. Mi nombre es David Ayala y tengo una larga trayectoria y vasta experiencia hablando en público y como speaker en los mayores eventos de marketing de España, Andorra y América Latina.

En este artículo, exploraremos una serie de consejos útiles que yo mismo he ido aplicando a lo largo de estos años para hablar en público.

Uno de los aspectos más importantes al hablar en público es conocer a tu audiencia. Investiga quiénes serán los asistentes, sus intereses, su nivel de conocimiento sobre el tema y cualquier otra información relevante. Esto te ayudará a adaptar tu discurso y contenido de manera adecuada para lograr que sea más relevante y atractivo para tu público.

Antes de comenzar a preparar tu charla, define claramente cuál es tu objetivo principal. ¿Quieres informar, persuadir, motivar o entretener a tu audiencia? Esto te ayudará a enfocar tu contenido y a establecer una estructura coherente para tu presentación. Por ejemplo, sabiendo que tu público pertenece a tu mercado meta, podrías marcar como objetivo ofrecerles tu producto o servicio.

La preparación es fundamental para hablar en público. Dedica tiempo a investigar y recopilar información sobre tu tema. Organiza tus ideas en una estructura lógica con un inicio interesante para captar la atención, un cuerpo que desarrolle tus puntos clave y una conclusión sólida que resuma tus principales ideas. Practica tu discurso varias veces, tanto en voz alta como frente a un espejo, para familiarizarte con el contenido y asegurarte de que fluya de manera natural.
 
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Si nunca has hablado en público, es importante que practiques y te sientas bien antes de lanzarte al escenario. Puedes juntarte con un grupo de amigos, practicar en dinámicas grupales, para saber cómo te sientes e intentar eliminar los nervios.

Antes de subir al escenario, tómate un momento para respirar profundamente y relajarte. La respiración profunda ayuda a reducir la ansiedad y te da calma. También puedes probar técnicas de relajación, como la meditación o el estiramiento suave, para liberar la tensión y prepararte mentalmente.

Cuando hablas en público, tu comunicación no verbal tiene un impacto significativo en cómo te perciben los demás. Mantén una postura erguida y segura, haz contacto visual con tu audiencia y utiliza gestos apropiados para enfatizar tus puntos. Tu lenguaje corporal debe reflejar confianza y compromiso, lo que ayudará a generar una conexión más fuerte con el público. Después de todo, la confianza y la comunicación son habilidades interpersonales fundamentales que hay que desarrollar.

Evita el uso de una jerga complicada o tecnicismos excesivos que puedan confundir a tu audiencia. Utiliza un lenguaje claro y conciso para que todos puedan entender tus ideas. Además, evita hablar demasiado rápido o demasiado lento. Asegúrate de pronunciar correctamente cada palabra y utiliza pausas estratégicas para dar énfasis a tus puntos clave.

Las ayudas visuales, como diapositivas o gráficos, pueden ser una herramienta poderosa para complementar tu discurso y hacerlo más atractivo. Sin embargo, es importante recordar que las ayudas visuales deben ser simples y claras, con información visualmente atractiva que no resulte abrumadora. Utiliza imágenes relevantes, gráficos sencillos y limita el uso de texto para evitar que tu audiencia se distraiga.

Uno de los aspectos más poderosos de hablar en público es la capacidad de conectarte emocionalmente con tu audiencia. Utiliza historias personales, ejemplos concretos y metáforas para hacer que tu mensaje sea más relevante y significativo para ellos. Muestra empatía y demuestra que entiendes las necesidades y preocupaciones de tu audiencia. Esta conexión emocional te ayudará a mantener la atención de la audiencia y a generar un impacto duradero.

La forma en la que utilizas tu voz puede marcar la diferencia en tu habilidad para hablar en público. Habla con claridad y en un volumen adecuado para que todos puedan escucharte. Varía tu tono de voz para mantener el interés de la audiencia y utilizar pausas estratégicas para dar énfasis a ciertas palabras o ideas. También presta atención a tu velocidad de habla; evita hablar demasiado rápido o demasiado lento, ya que ambos extremos pueden dificultar la comprensión.

Incluso los oradores más experimentados pueden cometer errores o tener momentos de vacilación. No te detengas en ellos ni te obsesiones con la perfección. Acepta cualquier error con gracia, corrige si es necesario y continúa con tu presentación. La mayoría de las veces, la audiencia no notará pequeños errores y se enfocará en tu mensaje general.

No veas a tu audiencia como meros espectadores, sino como participantes activos. Fomenta la interacción haciendo preguntas, solicitando comentarios o invitando a la audiencia a compartir sus experiencias. Esto crea un ambiente de participación y te ayuda a establecer una conexión más profunda con los oyentes.

Por ejemplo, si tu audiencia son jóvenes emprendedores y tu tema es cómo emprender un negocio, podrías pedir a alguien del público que te hable de sus dificultades para iniciar y tú podrías darle algún consejo en torno a su problema.

Hablar hace que se te seque la boca y además los nervios también harán que se seque aún más. Es posible que esto te haga poner más nervioso e incluso te lleve a toser o hablar mal. Por ello, lleva siempre una pequeña botella de agua contigo para poder salir airoso de esa situación.

Al final de tu charla, abre un espacio para preguntas y respuestas. Escucha atentamente las preguntas de la audiencia y responde de manera clara y concisa. Si no tienes la respuesta a una pregunta, sé honesto y ofrece investigar o buscar más información para proporcionar una respuesta en el futuro. Aprovecha más este espacio ofreciendo un curso online u otro servicio para profundizar en el tema del que hablaste.

Después de hablar en público, solicita comentarios constructivos de personas de confianza. Pídeles que evalúen tu entrega, contenido y estilo de presentación. Utiliza estos comentarios para mejorar tus habilidades oratorias.

Si puedes grabarte, o alguien puede hacerlo por ti, es ideal ya que así podrás ver posteriormente como lo has hecho y ver los errores que has cometido para en próximas ocasiones poder mejorarlo.

Estos son los consejos te doy, y que a mí me han servido, para hablar en público de manera efectiva, eliminando el nerviosismo en el camino, para hacer de esta una más de tus habilidades profesionales. No obstante, no te preocupes si aun así sigues sintiéndote nervioso, ya que es normal y es algo que poco a poco, con la práctica y el paso del tiempo, se irá calmando. Si estás interesado, te recomiendo que revises este artículo sobre cómo crear un discurso de ventas.

¡No lo pienses más y lánzate! Comparte con el resto de los lectores tus propios consejos en la caja de comentarios.